¿Qué se está observando en los niñ@s durante la pandemia de COVID-19?
¿Observamos un retroceso notable?
Lo que suele considerarse adecuado en términos de desarrollo, se ha notado a los infantes que han dado marcha atrás en el uso del lenguaje propio de los bebés y que necesitan más ayuda de lo que es normal en esa edad en sus rutinas diarias, como dormir o ir al baño. Puede ser muy difícil enfrentarse a sentimientos complejos y manifestarlos, así que estamos viendo rabietas tanto en niños más pequeños como de edad más avanzada, incluso en estudiantes universitarios.
También nosotros, los adultos, retrocedemos cuando aumentan nuestros niveles de estrés o cuando vivimos cambios y transiciones, así que creo que es importante tener en cuenta que se trata de un fenómeno del desarrollo que puede darse desde la infancia hasta la edad adulta.
Por otro lado, también estamos observando numerosos problemas de comportamiento. Se está detectado que a los infantes les entristece mucho no poder estar con sus amigos o sus maestros y reaccionan con emociones y comportamientos exagerados a los cambios que se están produciendo en las escuelas. Esta incertidumbre está aún más presente y es mucho más desalentadora porque a todos nos está costando conseguir que las cosas sean normales y predecibles. Nos hemos dado cuenta de que la regularidad y la previsibilidad son muy difíciles de conseguir durante esta pandemia. Por este motivo, los infantes pueden sentir más ansiedad y frustración y, como consecuencia, sufrir alteraciones en su comportamiento.
A consecuencia de estos factores de comportamiento los padres tenemos la responsabilidad de proporcionarles seguridad, tratar de hacer las actividades en un ambiente lo más normal posible, todos estamos tratando de acoplarnos a la nueva realidad,
Sobre la Educación en la primera infancia, acerca de lo que muchos progenitores pueden estar observando en sus hijos (ya sean niños o estudiantes universitarios) y el modo en que pueden abordarlo juntos, con amabilidad y comprensión.
Pueden ayudarlos a encontrar la manera de controlar sus emociones (por ejemplo, salir a pasear o a correr, respirar profundo, pintar o dibujar, en lugares NO CONCURRIDOS).
Sin embargo, estas técnicas no pueden utilizarse mientras están teniendo la rabieta. Una vez controlada, la madre o el padre pueden decirle: “Te has enfadado mucho. Me gustaría saber qué te pasa”. Esto podría ayudar a descubrir los sentimientos que hay detrás de esas rabietas. Es habitual que haya una mezcla de sentimientos: enfado, miedo, tristeza o ansiedad, entre otros.
Puede ser útil reconocer lo difícil, dura y distinta que está siendo la vida durante la pandemia de COVID-19. La adolescencia puede ser complicada para los progenitores y para los hijos, ya que el objetivo principal en términos de desarrollo es avanzar a paso rápido hacia la independencia, un proceso que comienza en la primera infancia. Este proceso está cargado de emociones, dolor, dificultad y ansiedad, tanto para los progenitores como para los adolescentes.
¡No debemos rendirnos!
Todos lo estamos haciendo lo mejor posible. No todos ejercen el papel de madres o padres de la misma forma, así que es mejor no compararse con otros progenitores ni comparar a nuestros hijos con los de los demás. Cada uno conoce sus valores y sabe lo que quiere para sus hijos. Estamos haciendo todo lo posible por salir adelante.