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Hoy alzamos la voz por todas las mujeres y niñas que han sufrido violencia en cualquiera de sus formas.
Hoy recordamos a quienes ya no están, acompañamos a quienes siguen luchando y exigimos un futuro donde ninguna mujer viva con miedo.
La violencia contra la mujer no es un asunto privado, no es inevitable, no es normal.
Es una violación de los derechos humanos y una responsabilidad colectiva ponerle fin.
En este 25 de noviembre reafirmamos nuestro compromiso de:
🔸 Visibilizar todas las formas de violencia.
🔸 Escuchar y creer a las víctimas.
🔸 Promover relaciones basadas en el respeto y la igualdad.
🔸 Educar y prevenir desde nuestras familias, escuelas y comunidades.
🔸 Exigir justicia y políticas que protejan a todas.
Ni una menos. Nunca más.